martes, 8 de diciembre de 2009

Inmaculada


No hace demasiado tiempo de la proclamación del dogma de la Inmaculada. Fue el Papa Pío IX, el 8 de diciembre de 1854, en la Bula “Ineffabilis Deus”:

“...declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles”.

Antes, dos dogmas marianos mas habían sido aprobados: la maternidad divina de María (Concilio de Éfeso, año 431) y la virginidad perpetua de la Madre de Dios (Concilio de Letrán, año 649).

Mucho mas recientemente se aprobó el 4º dogma mariano, el de la Asunción a los Cielos, proclamado por el Papa Pío XII en la plaza de San Pedro el 15 de agosto de 1950.

2 comentarios:

  1. Corrían los últimos días del mes de Noviembre del año 1585. El Tercio de Zamora, al mando del Maestre de Campo Don Francisco de Bobadilla, se encontraba en Bommel, ciudad emplazada entre los ríos Mossa y Waal. Los protestantes holandeses, a las órdenes del Conde de Hardick, (o de Holak), tenían cercada la ciudad con sus barcos, inundándola en parte rompiendo los diques y, al hacer ventajosas ofertas de rendición, trataban de quebrantar por todos los medios la admirable y tenaz resistencia de los españoles. Los defensores habían agotado ya casi todos sus recursos, y las circunstancias eran cada vez más difíciles y apremiantes. Sólo un milagro podía ya salvar la plaza. Y ese milagro se produjo.

    En la mañana del día 7 de diciembre de 1585, un soldado de Infantería que hacía la centinela, ya fuese para guarecerse del intenso frío reinante o bien para mejor protegerse de los impactos enemigos, empezó a cavar con brío con su útil de zapador, sobre la helada trinchera donde tenía su puesto, descubriendo al poco un lienzo con la imagen de la Purísima Concepción, dando de inmediato aviso a sus mandos de tan celestial descubrimiento. Personados sin demora en el lugar del hallazgo el Maestre de Campo, los Capitanes, Alféreces y Soldados del Tercio, se hincaron de rodillas, siendo conducida la imagen en fervorosa procesión al templo donde se entonaron cánticos y oficios en honor de la Excelsa Señora, a cuyo celestial amparo se acogieron los sitiados.

    Al día siguiente, 8 de diciembre, se vieron obligados los atacantes a levantar el cerco, pues una impetuosa tormenta seguida de bajas temperatura helaron las aguas, facilitando una salida por sorpresa de los soldados españoles contra los confiados sitiadores, los cuales perdieron en su huída diez navíos con bastimentos de guerra y alimentos, quedando prisioneros unos 2.000 soldados holandeses. Decían los enemigos al marchar que sin duda “Dios era español, pues había obrado tan gran milagro”. Proclamada la Purísima Concepción como Patrona del Tercio de Zamora, pronto imitaron su ejemplo los demás Tercios de Flandes y de Italia. Hasta que por una Real Orden de la Reina Regente Doña María Cristina de Habsburgo-Lorena, de fecha 12 de noviembre de 1892, se declaró como Patrona de la Infantería Española a Nuestra Señora la Purísima e Inmaculada Concepción de María. Que la Virgen Inmaculada, siga dispensando su celestial amparo a todos los que formamos en las filas gloriosas del Arma de Infantería.

    Síntesis efectuada por el Economista y Comandante de Infantería Francisco Ángel Cañete Páez.

    Gracias, Rafa, que la Purísima te proteja, a ti y los tuyos.

    Mariano Fernández-Aceytuno Sáenz de Santa María Teniente Coronel de Infantería (r).

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  2. En cuanto hablo de un dogma mariano apareces de manera inmediata... como si fueran tuyos... :-)
    Gracias por pasarte y por la estupenda aportación, que no conocía.
    Abrazo,

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