domingo, 25 de octubre de 2009
Amedeo Modigliani
Este viernes hemos decidido no salir, y cenar en casa. De postre una película que estaba en la estantería desde hace tiempo, de ésas que nunca hay tiempo para ver.
Describe la vida de Modigliani y está muy bien interpretada por Andy García (no así el personaje de Picasso, al que tildan de estúpido incapaz). La película no lo cuenta, pero el final de Modigliani también es prematuro, como el de casi todos los personajes que en la historia me han cautivado, lo que demuestra una vez mas que no hace falta ser longevo para hacer cosas grandes, sino mas bien al contario… lo que uno no hace pronto, difícilmente lo hará alguna vez.
Decía que si bien murió joven, a los 36, por una pleuritis infantil no curada (mas el abuso de alcohol y hachís…), el caso es que el suicidio también le sorprendió muy cerca, pues tras su funeral, su “mujer” Jeanne, se lanzó del quinto piso en el que vivían sus padres.
Bohemio pero genial, fue uno de los mejores en el París de principios del siglo XX, pero renunció a pertenecer a ningún grupo. Enamorado de la escultura, no pudo ejercer pues sus débiles pulmones y la falta de medios se lo impidieron.
Pintor excepcional, artista por encima de todo, emoción pura (hay quien lo llama inspiración) solía comenzar y terminar sus cuadros en una sola jornada. Lo mejor de Modigliani, en mi opinión, su manera de pintar los ojos.
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