lunes, 26 de octubre de 2009

Duratón



Las hoces del río Duratón estaban como siempre, silentes, dominando su paisaje y sirviendo de nido a la colonia más numerosa de buitre leonado que tenemos en la península ibérica. Alimoches, milanos, y rara vez un águila real pueden ser disfrutados en la zona. Una abubilla despistada por el cambio climático, estorninos, vencejos, mirlos, alondras, y una generosa fauna pueblan en estos días los meandros cársticos.

Por poner un “pero”, la declaración de parque natural le ha traído un punto de “civilización naturista” que me enrarece los recuerdos que tenía cuando visitaba esta zona, mucho más natural, hace ya muchos años.

Aunque cualquier momento es bueno, el otoño es probablemente la mejor fecha para visitarlo. Las sabinas y los enebros en la zona alta, los alisos y los chopos mas cerca del rio, y un intenso olor a tomillo complementan el paisaje. Diferentes tonos de rojos, marrones y amarillo intenso de las hojas caducas se pelean unos con otros por predominar, formando un conjunto alegre que desentona con la tristeza que tradicionalmente se le atribuye a esta época del año. Desde luego, el otoño en el río Duratón no es triste.

Por la tarde, fuimos a Sepúlveda a ver el final del rodaje de “There be dragons”, de Roland Joffé. Tenemos ganas de ver el estreno… ¿en primavera?

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