miércoles, 11 de marzo de 2009

Vida

Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.


Grito "¡Todo!", y el eco dice "¡Nada!".
Grito "¡Nada!", y el eco dice "¡Todo!".
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.


No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)


Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.
José Hierro, Vida, Poeta en NY.

No me puede gustar más este soneto y, al mismo tiempo, no puedo estar más en desacuerdo. Triste es el hombre que, como Unamuno, no alcanza a ver con las gafas que trascienden, y se queda en la tortura de la duda.

Espero que mi nueva sobrina, Alejandra, que hoy ha decidido subirse al mundo, sepa encontrar lo que la verdad esconde. Bienvenida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario